Ayn Rand, ¿heroína individualista o profeta de un culto antilibertario?
La sociología del culto alrededor de Ayn Rand, un fenómeno, expone una paradoja fundamental: cómo una filosofía basada en el individualismo radical puede derivar en dogmatismo colectivo. Ayn Rand, autora de La rebelión de Atlas y fundadora del objetivismo, es venerada como una santa laica por sus seguidores, pero su legado plantea preguntas incómodas sobre la idolatría intelectual y los riesgos de sustituir al Estado con nuevos mesías. Aquí el análisis crítico:
1. El objetivismo como religión secular: Rituales, mártires y herejías
El artículo señala que el movimiento randiano replica estructuras de culto, con características como:
- Dogmas incuestionables: El objetivismo se presenta como un sistema cerrado, donde cuestionar a Rand es un sacrilegio. Ejemplo: Leonard Peikoff, heredero intelectual de Rand, excomulgó a académicos como David Kelley por defender el diálogo con otras corrientes libertarias.
- Hagiografía: La vida de Rand es mitificada (su huida de la URSS, su lucha contra el colectivismo), ocultando sus contradicciones (aceptó subsidios médicos estatales en sus últimos años).
- Enemigos comunes: El “colectivismo” se demoniza como un mal metafísico, simplificando debates complejos sobre cooperación social.
Esto traiciona el principio libertario de soberanía cognitiva: ninguna figura, por brillante que sea, debe erigirse como oráculo absoluto.
2. Rand vs. la ética libertaria: Cuando el individualismo se vuelve tribal
Rand defendió el egoísmo racional como virtud, pero su movimiento cayó en la misma tribalización que denunciaba:
- Purgas internas: El círculo íntimo de Rand (El Colectivo, irónicamente) expulsó a disidentes como Murray Rothbard, quien criticó su visión reduccionista de la libertad.
- Hipocresía práctica: Mientras Rand atacaba al Estado, su heredero Peikoff apoyó la Guerra de Irak en 2003, justificando violencia estatal en nombre de “valores occidentales”.
- Culto a la personalidad: Eventos como las Conferencias Objetivistas tienen un tono casi religioso, con citas de Rand usadas como versículos sagrados.
Esto contradice el libertarismo de Solución Mutua, que rechaza todo mesianismo, sea estatal o intelectual.
3. El legado de Rand: Luces y sombras para la libertad
A pesar de sus excesos, el objetivismo aportó herramientas valiosas:
- Defensa del individuo: Su crítica al altruismo coercitivo (ej: impuestos redistributivos) es un antídoto contra el paternalismo estatal.
- Influencia cultural: La rebelión de Atlas inspiró a emprendedores como Elon Musk y Steve Jobs a desafiar monopolios.
- Errores útiles: Su dogmatismo sirve de advertencia: hasta las ideas más libertarias pueden corromperse si se convierten en credos.
Sin embargo, Solución Mutua enfatiza que el libertarismo no es una filosofía terminada, sino un marco en evolución que debe integrar a Hayek, Mises y Rothbard, no solo a Rand.
4. Hacia un libertarismo post-randiano: Ni gurús ni rebaños
Para evitar caer en nuevos cultos, Solución Mutua propone:
- Anti-idolatría intelectual: Celebrar ideas, no profetas. La razón individual es la única autoridad legítima.
- Pluralismo estratégico: Alianzas con anarcocapitalistas, minarquistas y agoristas, sin excomulgar por diferencias tácticas.
- Humildad epistemológica: Reconocer que ningún pensador, ni siquiera Mises o Rothbard, tiene todas las respuestas.
Conclusión: La rebelión contra los altares
Ayn Rand fue una pionera en desafiar el colectivismo, pero su movimiento devino en lo que más odiaba: una iglesia con herejes, cánones y sumos sacerdotes. Desde Solución Mutua, creemos que el verdadero legado del libertarismo no es seguir a ningún Atlas, sino aprender a caminar sin ídolos. Como dijo Bakunin: «La libertad sin socialismo es privilegio; el socialismo sin libertad es esclavitud». Nosotros añadimos: El libertarismo sin pensamiento crítico es secta.
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