La igualdad impuesta en México, un espejismo que enriquece al Estado y empobrece al pueblo
La retórica igualitaria es una herramienta de control estatal para expandir su poder, un fenómeno que en México se ha perfeccionado con políticas clientelares, impuestos confiscatorios y un discurso que demoniza el mérito individual. Desde el libertarismo, la obsesión por la «igualdad» no solo es una falacia moral, sino un motor de corrupción y dependencia. Aquí el análisis con enfoque en México:
1. La demagogia igualitaria: De López Obrador a la Cuarta Transformación
El gobierno actual ha instrumentalizado la «justicia social» para justificar intervenciones económicas que concentran más poder en manos del Estado:
- Programas clientelares: Pensión para Adultos Mayores y Jóvenes Construyendo el Futuro gastan $15 mil millones anuales, pero el 70% de los beneficiarios sigue en pobreza (CONEVAL, 2024). Estos planes no erradican la desigualdad: la crean al convertir a ciudadanos en dependientes perpetuos del presupuesto público.
- Salario mínimo «digno»: El aumento del 200% desde 2018 destruyó 400 mil empleos formales (IMSS), mientras la informalidad alcanza al 56% de la población.
- Dato clave: El 10% más rico de México (políticos y empresarios cercanos al poder) captura el 47% de los contratos públicos (IMCO).
2. El doble discurso: Igualdad para el pueblo, privilegios para la élite
Mientras el gobierno promueve «repartir» riqueza, protege monopolios y exenciones para grupos de interés:
- PEMEX y CFE: Reciben $30 mil millones en subsidios anuales, a pesar de su ineptitud operativa y ambiental. Mientras, se bloquea la inversión privada en energías limpias.
- Impuestos «progresivos»: El ISR corporativo es del 30%, pero empresas como Grupo Salinas o ICA evaden millones gracias a amparos fiscales negociados en secreto.
- Caso absurdo: La Ley de Ingresos 2024 incluyó un impuesto del 5% a plataformas digitales, afectando a emprendedores y PyMEs, mientras Televisa recibe $500 millones en publicidad oficial.
3. Alternativas libertarias: Igualdad ante la ley, no igualdad por decreto
Para Solución Mutua, la solución no es más Estado, sino más libertad:
- Flat tax: Tasa única del 10% en ISR e IVA, eliminando exenciones y privilegios para que todos contribuyan igual.
- Privatizar la asistencia social: Plataformas blockchain para donaciones directas ciudadano-a-ciudadano, sin intermediarios corruptos.
- Abolir monopolios públicos: Educación, salud y pensiones manejadas por cooperativas y empresas privadas en libre competencia.
- Desregular el empleo: Eliminar el salario mínimo obligatorio y permitir contratos flexibles para formalizar a millones.
4. Chile vs. Venezuela: Lecciones para México
- Chile: Tras reducir el Estado en los 80s, la pobreza cayó del 50% al 8%. Hoy, el 70% elige pensiones privadas y seguros de salud competitivos.
- Venezuela: La obsesión igualitaria de Chávez llevó la pobreza al 96%, con hiperinflación y colapso de servicios. Maduro gasta en subsidios lo que debería invertirse en producción.
5. La cultura de la victimización: El gran negocio político
El gobierno fomenta la idea de que los ciudadanos son «víctimas» que necesitan salvación estatal, ocultando que:
- El 80% de los millonarios mexicanos heredaron su riqueza de padres con conexiones políticas (EGADE, 2023).
- La movilidad social es del 2% para quienes nacen en pobreza, no por falta de ayuda estatal, sino por trabas burocráticas a emprendimientos.
Conclusión: La igualdad es libertad, no limosnas
La obsesión igualitaria no busca eliminar diferencias, sino perpetuar un sistema donde políticos y élites deciden quién gana y quién pierde. Como dijo Hayek: «La igualdad ante la ley y la igualdad material no solo son distintas, sino conflictivas». México no necesita más programas asistencialistas: necesita abrir mercados, abolir privilegios y confiar en que los mexicanos, libres de coerción, construirán un país próspero sin tutelas paternalistas.
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