Los aranceles, la nueva caza de brujas que destruye la libertad económica
El artículo de Mises Wire compara los aranceles modernos con los juicios de Salem, destacando cómo ambas prácticas se basan en el miedo irracional, la persecución de chivos expiatorios y el desprecio por la evidencia. Desde la perspectiva libertaria de Solución Mutua, los aranceles no son solo una herramienta económica fallida, sino un síntoma de un Estado que, como los inquisidores de Salem, prefiere el control coercitivo sobre la cooperación voluntaria. Este ensayo explora cómo los aranceles socavan la libertad, distorsionan los mercados y perpetúan un sistema de privilegios políticos.
1. Los aranceles como inquisición económica
Al igual que en Salem, donde el pánico moral justificó atrocidades, los aranceles se disfrazan de “protección nacional” para esconder su verdadero propósito: concentrar poder.
- Miedo vs. realidad: En el siglo XVII, se acusaba a mujeres de brujería sin pruebas; hoy, se acusa a productos extranjeros de “dañar la industria local”, aunque el 80% de las PyMEs dependen de insumos importados.
- Ejemplo histórico: Los aranceles Smoot-Hawley (1930) agravaron la Gran Depresión, igual que las acusaciones en Salem destruyeron comunidades.
- Dato clave: Según la OMC, el 40% de los aranceles globales protegen industrias ineficientes con conexiones políticas, no al ciudadano común.
2. El mito del “enemigo externo”: Proteccionismo como cortina de humo
Los aranceles rara vez protegen: crean monopolios y castigan a los consumidores.
- Caso México: Los aranceles del 45% al maíz estadounidense encarecieron la tortilla, alimento básico, mientras gigantes como Minsa y Gruma controlan el mercado interno.
- Crony capitalism: En EE.UU., los aranceles al acero de Trump beneficiaron a 3 siderúrgicas que donaron 10millonesasucampan~a,perocostaron10millonesasucampan~a,perocostaron900,000 empleos en sectores que usan acero.
- Ironía: China, el “enemigo” arancelario de Occidente, usa los mismos aranceles para proteger empresas estatales corruptas.
3. El costo humano: Víctimas de la histeria arancelaria
Como en Salem, los más vulnerables pagan el precio:
- Inflación silenciosa: Los aranceles añaden un impuesto oculto. En 2023, los mexicanos gastaron un 15% más en electrodomésticos por aranceles a componentes asiáticos.
- Desempleo manufacturero: Por cada empleo “protegido” en EE.UU., se pierden 16 en sectores dependientes de importaciones (ej: automotriz).
- Agricultores sacrificados: India impuso aranceles del 60% a fertilizantes para “proteger” empresas estatales, pero los pequeños agricultores quebraron por costos elevados.
4. La alternativa libertaria: Mercados libres, no brujería estatal
Solución Mutua propone abolir los aranceles y restaurar la soberanía del individuo:
- Desmantelar privilegios: Eliminar tratados que protegen monopolios (ej: T-MEC favorece a corporativos, no a PyMEs).
- Competencia monetaria: Adoptar criptomonedas o plataformas P2P para comerciar sin depender de bancos centrales que manipulan divisas.
- Cooperación transfronteriza: Acuerdos directos entre cámaras empresariales, usando blockchain para evitar intermediación estatal corrupta.
5. Lecciones de Salem: La libertad no sobrevive al miedo
La caza de brujas terminó cuando la sociedad rechazó la paranoia colectiva. Hoy, debemos rechazar el proteccionismo:
- Educación económica: Enseñar cómo los precios libres guían mejor que los decretos.
- Tecnología antifrágil: Apps como Alibaba permiten a PyMEs importar sin aranceles, pero necesitan marcos legales no restrictivos.
- Cultura de mérito: Recompensar la innovación, no los lobbyes que piden favores arancelarios.
Conclusión: Quememos los aranceles, no el progreso
Los aranceles son la hoguera donde los Estados queman la libertad económica en nombre de fantasmas: “seguridad nacional”, “empleos patrios” o “justicia comercial”. Como dijo Bastiat, «Cuando los bienes no cruzan fronteras, lo hacen los ejércitos». En Solución Mutua, creemos en un mundo sin aduanas ideológicas, donde el intercambio voluntario sea el único dogma.
Deja una respuesta